jueves, 10 de noviembre de 2016

Cartas en el bosque

CARTAS EN EL BOSQUE con unas ilustraciones increíblemente bellas de Daniel Montero Galán que publica Cuento de Luz en español y en inglés "The Lonely Mailman" ya va camino de las librerías.

Una historia llena de cartas, un cartero misterioso con un secreto muy bien guardado, muchos animales del bosque y un ratón espía que no hay que perder de vista en ninguna de las escenas. Un libro muy especial que hemos trabajado codo con codo Daniel y yo durante mucho tiempo. Sin duda, una de las historias de las que me siento más orgullosa. Espero que os guste.

Un cartero silencioso y solitario.
Unas cartas.
Un secreto.
«Cartas en el bosque» es una entrañable y sorprendente historia 
que va a emocionar a pequeños y mayores, 
porque muchas veces lo más maravilloso 
se encuentra donde menos imaginamos.



1 comentario:

  1. Hola Susana. Espero que seas tú quien leas este humilde comentario, porque va dirigido a ti. Soy un papá de dos peques maravillosos: Daniel de 6 y David de casi 2. Desde hace más de dos años la lectura de Cartas en el Busque es con diferencia el texto más relajante, entrañable y arropador que hemos leído en casa (y eso que tenemos muchos cuentos para todos los gustos). Es infalible. Nos baja las revoluciones nocturnas a todos y nos acompaña en los primeros compases del sueño. Lo habremos leído más de 300 veces; nos lo sabemos de memoria, y cuando proponemos un cambio, siempre terminamos leyéndolo para dormir a gusto. Incluso a veces me atrevo a inventarme alguna frase que cambie el texto; en ese momento Daniel abre los ojos y me pide algo enfadado que vuelva al original y me deje de historias, y aunque intente convencerle de mis variaciones divertidas y algo jocosas, no hay otra que hacerle caso y volver al cartero de la bici y el zurrón. Nos acompaña en noches tranquilas, en noches febriles, en noches de miedos y en noches raras. Siempre está ahí. Forma parte de nuestra cultura familiar. Es un pequeño tesoro compartido por todos.
    Por todo esto, hoy me he decidido a escribirte para darte las gracias (gracias, gracias, millones de gracias) por haber creado el cuento perfecto para nuestra familia y por facilitar a los peques la transición tranquila al descanso. Te debemos mucho.
    Me gustaría compartir contigo un pequeño texto que he escrito a propósito del cuento y como homenaje a la esencia de la historia. Lo he titulado A la sombra del Cartero. Espero que te guste.

    Es tarde y no falta ninguno.
    Hoy se han reunido todos los animales del bosque, y parecen muy contentos.
    Por fin han conseguido atar todos los cabos y descubrir su secreto.
    Las cartas están llenas de cariño, respeto y amabilidad. Son tantas que no caben en un gran saco y tan antiguas que nadie recuerda cuando recibió la primera. Pero tampoco recuerdan haberlas escrito.
    Las certezas que describen son tan precisas que solo puede haberlas escrito alguien que siempre está ahí, que observa, valora y quiere ayudar; alguien que lleva a todos en su corazón y ama el bosque, su casa, con gran devoción. Pero tiene que ser un ser silencioso y discreto porque ha conseguido pasar desapercibido mucho tiempo. Solo habla con sus cartas y lo hace desde su alma.
    Los mensajes son cortos, a penas unas pocas líneas, pero son sinceros y están cargados de sentimientos. Gracias a ellos se han resuelto conflictos, se han creado amistades, se han reagrupado familias, se han organizado planes divertidos y cumpleaños sorpresas, ha habido despedidas menos dolorosas e incluso reencuentros imposibles.
    Desde hace mucho tiempo todos quieren recibir cartas y las esperan con deseo cuando algo no funciona bien en sus vidas. Siempre traen la solución.
    El cartero siempre ha estado ahí. Parece tan antiguo como el bosque y todos le tienen en sus primeros recuerdos. No hay nadie que no le haya visto pedalear en su vieja bicicleta. No se baja de ella. Con solo tres palabras despierta emociones y anhelos, y se cuela en sus casas para llenarlas de felicidad.
    Por eso hoy es un día tan especial. Juntos, todos los animales, han descubierto su secreto y quieren agradecerle su infinita bondad. Caminan y parlotean con alegría, la sorpresa va a ser genial. Se acercan a su puerta; seguro que su carta ya ha llegado. Llaman al timbre oxidado y esperan con impaciencia. Cuando sale todo son abrazos y caricias, buenas palabras y sonrisas. Saben que el cartero es su ángel y le quieren ayudar. Entre halagos y gratitudes, un zurrón y una bici nueva.

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